La colección Kene compuesta por obras de Agostina Branchi, se teje en el territorio donde lo ancestral y lo contemporáneo se encuentran.
Su práctica recupera técnicas tradicionales como el embarrilado andino y la soguería criolla, oficios nacidos de la necesidad de unir, sostener y dar forma.
En sus manos, esos gestos antiguos se reconfiguran en nuevas materialidades, en tramas que expanden el espacio y el sentido.
Cada pieza es un acto de memoria: hilos que se entrelazan con paciencia, estructuras que respiran tiempo y pertenencia.
Su obra, atravesada por su experiencia como artista migrante, propone el tejido como un gesto de resistencia y encuentro —un lenguaje universal donde lo manual se convierte en voz, y el hilo en un puente entre historias.
