Mucho más que un objeto. Un manifiesto de la vida. Tejido a mano en Chocólatillo y paja tetera por la comunidad Eperãarã Siapidaarã en el Cauca colombiano, su silueta singular con cuatro protuberancias evoca los senos maternos como símbolos de fertilidad, abundancia y cuidado. Cada curva contiene un gesto ancestral, cada fibra habla de la unión entre cuerpo y tierra.
Lo cotidiano se eleva a rito, y lo utilitario se transforma en arte. En su trama late la continuidad de un legado transmitido de generación en generación, convertido hoy en una pieza de lujo cultural: un talismán que trasciende el tiempo y celebra lo sagrado de lo humano.
